Ambientada en la década de los 70’s, “Vírgenes Suicidas” es la película que hizo de su directora, Sofía Coppola, merecedora del reconocimiento de la crítica internacional. Sus posteriores producciones (Lost in traslation, María Antonieta) confirmarían el talento de esta también actriz.
Narrada en tercera persona, trata de descifrar los motivos por los cuales las cinco hermanas Lisbon en un menos de año y medio deciden quitarse, exitosamente, la vida.
El inicio no puede ser más pesimista, acaso anticipo de la trágica secuela que dejará marcado a sus jóvenes vecinos. La menor de las hermanas, Cecilia, fracasa en un intento de suicidio. No tardará en ser llevada a un especialista quien recomienda un ambiente más festivo. Algo impensable para los sobreprotectores padres, en especial la autoritaria madre (Kathleen Turner, excelente en tan sombrío papel).
Se decide organizar una fiesta en la casa de los Lisbon, a la que son invitados los vecinos; Cecilia, luego de retirarse anticipadamente de la fiesta, se suicida lanzándose por la ventana de su habitación. La festividad se convierte en una triste tragedia.
Con el inicio del nuevo año escolar, Lux (Kirsten Dunst, antes de ser la pelirroja Mary Jane), una de las hermanas, inicia una subrepticia relación sentimental con el galán de la escuela. Deseoso de llevarla a la fiesta convence al padre (James Woods) para que permita que todas las hermanas asistan con un grupo de muchachos a la fiesta.
Lux regresará de madrugada a la casa familiar luego de ser abandonada por su pareja, hecho que suscitará la ira materna. El castigo no podría ser peor: las hermanas en conjunto son retiradas de la escuela y confinadas perennemente en su casa sin atisbos de pronta redención.
La única comunicación posible será con sus vecinos por medio de intrincadas señales. Sin embargo el fin está próximo.
En definitiva una película que cuenta con una pléyade de buenos actores, excelentes en su interpretación. La ambientación no desmerece; por supuesto lo mejor de todo la música de la época, característica recurrente en las películas de esta directora.
Noten esa comunicación simbólica, a través de la línea telefónica por medio de canciones que reemplazan a las innecesarias voces humanas. Algo que confirma notablemente que la música no sólo es excusa para bailar.
Altamente recomendable.
Narrada en tercera persona, trata de descifrar los motivos por los cuales las cinco hermanas Lisbon en un menos de año y medio deciden quitarse, exitosamente, la vida.
El inicio no puede ser más pesimista, acaso anticipo de la trágica secuela que dejará marcado a sus jóvenes vecinos. La menor de las hermanas, Cecilia, fracasa en un intento de suicidio. No tardará en ser llevada a un especialista quien recomienda un ambiente más festivo. Algo impensable para los sobreprotectores padres, en especial la autoritaria madre (Kathleen Turner, excelente en tan sombrío papel).
Se decide organizar una fiesta en la casa de los Lisbon, a la que son invitados los vecinos; Cecilia, luego de retirarse anticipadamente de la fiesta, se suicida lanzándose por la ventana de su habitación. La festividad se convierte en una triste tragedia.
Con el inicio del nuevo año escolar, Lux (Kirsten Dunst, antes de ser la pelirroja Mary Jane), una de las hermanas, inicia una subrepticia relación sentimental con el galán de la escuela. Deseoso de llevarla a la fiesta convence al padre (James Woods) para que permita que todas las hermanas asistan con un grupo de muchachos a la fiesta.
Lux regresará de madrugada a la casa familiar luego de ser abandonada por su pareja, hecho que suscitará la ira materna. El castigo no podría ser peor: las hermanas en conjunto son retiradas de la escuela y confinadas perennemente en su casa sin atisbos de pronta redención.
La única comunicación posible será con sus vecinos por medio de intrincadas señales. Sin embargo el fin está próximo.
En definitiva una película que cuenta con una pléyade de buenos actores, excelentes en su interpretación. La ambientación no desmerece; por supuesto lo mejor de todo la música de la época, característica recurrente en las películas de esta directora.
Noten esa comunicación simbólica, a través de la línea telefónica por medio de canciones que reemplazan a las innecesarias voces humanas. Algo que confirma notablemente que la música no sólo es excusa para bailar.
Altamente recomendable.
1 comentarios:
Pal' que le guste, porque yo la ví anoche y no me gustó nada.
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