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Oliver Stone es un director controversial, sus películas son trabajos muy bien logrados (me deslumbró su JFK, mención aparte son sus obras maestras: Pelotón y Wall Street).

Sus personajes son encarnados por una pléyade de reconocidos actores que pese a su brillo no decepcionan, al contrario la frase “dos soles no pueden brillar en un mismo cielo” no funciona para los trabajos de este 3 veces ganador del óscar.

Esa conjunción le da una solidez a sus obras, funcionando como un perfecto engranaje que saca adelante la producción, cosa distante en trabajos similares que fracasan por la cantidad de caras conocidas.

Luego de ver W (la vida de George W. Bush), me siento no muy complacido, en parte quizá a que no se puede ser controversial con un personaje que pasará a la historia como el peor presidente de la historia norteamericana (a menos claro está, que alguien logre superar ese triste calificativo en los venideros días).

Es hartamente conocida las decisiones que tuvo que tomar y que fueron acciones que contribuyeron con su mala fama. La invasión a Irak, justificado con los ataques del 11 de setiembre, llevaron a la concepción de un presidente que pareciera gobernar influenciado por consejeros que vieron grandes interese económicos en las toma de delicadas decisiones (¿encontraron armas de destrucción masiva en Irak?).

A lo mejor quizá por la premura de presentar un trabajo de un personaje “fresco”, por lo que las referencias históricas (llámese documentos) no son muy accesibles por lo novedoso del tema. Diametralmente opuesta por ejemplo a JFK, en el que el paso del tiempo enriqueció como una laberíntica historia, campo ideal para la controversial y cómo se dice “sacar roncha” con su estreno.

W, estrenada en los postreros días de la presidencia de Bush el joven, es un repaso por la vida de un hijo de un ex presidente, atormentado por la figura y legado paterno. Podemos ver sus disipados días, y cómo es que logra superar su adicción por la bebida. No queda de lado su idea mesiánica que tanto se criticó.

Lejos de ser controversial es el retrato ecuánime de un ser humano, vulgar en su comportamiento, enfrentando a demonios personales; afrontando la amenaza terrorista que supuso el 9/11 y que le obligó a tomar poderes más allá de los permitidos.

Claramente no es el mejor trabajo de Stone, sin embargo funciona para entender al ser humano antes de la figura histórica.

Noten la camaleónica transformación de Thandie Newton cómo Condoleezza Rice. Gestos bastantes verosímiles.

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