Escuchar el nuevo álbum de Bruce “The Boss” Springsteen, genera una sensación de dulce melancolía y sosiego imperecedero. O al menos me destila esa sensación.
Encasillado a escuchar la música de su época dorada no me sorprendió para nada notar ciertos guiños a ese maravilloso espacio; al contrario me encantó. Su aura a década de los 60’s no hace sino elevar la calidad de su reciente producción.
“The Boss” es uno de esos músicos comprometidos socialmente, si no rememoremos su fuerte oposición a Bush el joven, pues como bien es sabido alguna vez hubo un Bush viejo, cualidad que le resalta además de compositor y cantante.
“Working on a dream” se escucha sin dificultad; una de sus canciones “The Wrestler” está incluida en la muy comentada película del mismo nombre. Cómo mantenerse impávidos cuando afirma “Then you've seen me, I always leave with less than I had before”. Sencillamente bien vale un suspiro.
Préstenle atención al track “Working on a dream” un llamado al optimismo, una bienvenida a los nuevos días, pese a los aciagos asuntos financieros que nos acosan con desagradables sorpresas habituales, pero como bien es sabido, no sólo de pan vive el hombre.
Debo confesar que escuché su nueva producción por la bien ganada trayectoria que le precede y no hubo atisbo de arrepentimiento, ideal para ir disfrutando esos días en los que invade el opresivo insomnio y no hay panacea que la solucione.
Son trece canciones, que bastan y sobran.
El negativo detalle, sin duda, una portada que carece de gracia para mis ambiguos gustos. Pudo ser algo más elaborado. Quizá los tantos conciertos que ofrece sea la perfecta justificación.
“The Boss” está de vuelta; una vez más satisface las expectativa.
Encasillado a escuchar la música de su época dorada no me sorprendió para nada notar ciertos guiños a ese maravilloso espacio; al contrario me encantó. Su aura a década de los 60’s no hace sino elevar la calidad de su reciente producción.
“The Boss” es uno de esos músicos comprometidos socialmente, si no rememoremos su fuerte oposición a Bush el joven, pues como bien es sabido alguna vez hubo un Bush viejo, cualidad que le resalta además de compositor y cantante.
“Working on a dream” se escucha sin dificultad; una de sus canciones “The Wrestler” está incluida en la muy comentada película del mismo nombre. Cómo mantenerse impávidos cuando afirma “Then you've seen me, I always leave with less than I had before”. Sencillamente bien vale un suspiro.
Préstenle atención al track “Working on a dream” un llamado al optimismo, una bienvenida a los nuevos días, pese a los aciagos asuntos financieros que nos acosan con desagradables sorpresas habituales, pero como bien es sabido, no sólo de pan vive el hombre.
Debo confesar que escuché su nueva producción por la bien ganada trayectoria que le precede y no hubo atisbo de arrepentimiento, ideal para ir disfrutando esos días en los que invade el opresivo insomnio y no hay panacea que la solucione.
Son trece canciones, que bastan y sobran.
El negativo detalle, sin duda, una portada que carece de gracia para mis ambiguos gustos. Pudo ser algo más elaborado. Quizá los tantos conciertos que ofrece sea la perfecta justificación.
“The Boss” está de vuelta; una vez más satisface las expectativa.
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