La evolución de los celulares es rauda, ya sea en funcionalidad así como en accesibilidad. Las ventajas de poder comunicarse desde cualquier lugar sólo ha acrecentado la necesidad de poseer uno de éstos equipos por más simple que ellos pudieran ser.
La posibilidad de tener uno de estos equipos se ha extendido por la variedad de modelos y por lo módico de sus precios.
Si a ello adicionamos el comportamiento consumista y el disimulado deseo de adquirir en lo posible el último modelo, la vida útil de estos aparatos cada vez es menor.
La posibilidad de tener uno de estos equipos se ha extendido por la variedad de modelos y por lo módico de sus precios.
Si a ello adicionamos el comportamiento consumista y el disimulado deseo de adquirir en lo posible el último modelo, la vida útil de estos aparatos cada vez es menor.
Sin embargo algo que está emergiendo es la preocupación de la comunidad científica ante el hecho de que los celulares podrían causar cáncer cerebral. La preocupación es mayor en usuarios que se encuentran todavía en desarrollo (niños y adolescentes). Aunque no hay pruebas concluyentes, existe justificado recelo por el empleo de los celulares.
Para ello se alega que para probar lo perjudicial en el uso de los cigarrillos se tuvo que esperar más de 50 años, tiempo que costó la vida a muchos consumidores.
Similar historia fue con el plomo de las pinturas, tuvo que pasar 70 años para entender en su verdadera magnitud lo perjudicial que resultó ser para la salud humana.
Ante estas preocupaciones, las prevenciones son justificadas, a lo mejor dentro de unos años seamos víctimas de algo que todavía no entendemos. E inexorablemente somos conscientes de que las ventajas tecnologías acarrean problemas en lo venidero.
Para ello se alega que para probar lo perjudicial en el uso de los cigarrillos se tuvo que esperar más de 50 años, tiempo que costó la vida a muchos consumidores.
Similar historia fue con el plomo de las pinturas, tuvo que pasar 70 años para entender en su verdadera magnitud lo perjudicial que resultó ser para la salud humana.
Ante estas preocupaciones, las prevenciones son justificadas, a lo mejor dentro de unos años seamos víctimas de algo que todavía no entendemos. E inexorablemente somos conscientes de que las ventajas tecnologías acarrean problemas en lo venidero.
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