Recluido en el dormitorio de mi hermano (olvidó que lo visitaba y me cerró con llave), comencé a husmear su biblioteca. Su colección algo desordenada pero interesante prometía. Entre nuevas adquisiciones y antiguas joyas que ya me eran familiares encontré “Dedo Medio – La verdad aunque te duela”, una revista que me encantó ni bien comencé a hojearla: desenfadada, irónica y muy ocurrente; nunca un HDP me pareció adecuado en un artículo que merece tal afirmación.
Bastante juvenil y diagramación de calidad. Sus artículos a su manera pero siempre en esa línea que no sólo es información sino también entretenimiento. Lo leí de un tirón y me vacilé un montón. Su presentación es bastante original: a mitad de revista el formato se invierte, por lo que su carátula es doble, eso quiere decir que si te duermes y retomas la lectura cuando algo interrumpe tu modorra no importa por donde lo sostengas pues la lectura sigue ahí.
Ni bien terminé de leerlo empecé a buscar más de esas revistas, mi hermanito en su sabiduría las coleccionaba desde su primer número hasta su edición más reciente. Las leí olvidando el encierro involuntario y sin preocuparme por la hora del almuerzo pues como bien es sabido “No sólo de pan vive el hombre”, gasté lo que quedaba de la solitaria tarde absorto en la lectura . Lo más increíble fue su precio: cinco soles; no comprarla creo, es un delito (para colmo de males su próximo número anuncia nuevo precio: nueve soles, supongo por la inflación cual maldición persigue al compañero Alan García).
Como siempre Huamanga todavía no conoce las ocurrencias de esta revista: la suscripción es una alternativa que bien pudiera aliviar esa dolencia.
Altamente recomendable y excesivamente adictiva, me atrevería a decir que supera con creces a “Somos” que con sus excesos de publicidad atosiga los sentidos. Su sección “Ellos, ellas, nosotros y los otros” definitivamente rompe esquemas. Por supuesto es de publicación mensual. Dale una mirada a su página web http://www.dedomedio.com/
Bastante juvenil y diagramación de calidad. Sus artículos a su manera pero siempre en esa línea que no sólo es información sino también entretenimiento. Lo leí de un tirón y me vacilé un montón. Su presentación es bastante original: a mitad de revista el formato se invierte, por lo que su carátula es doble, eso quiere decir que si te duermes y retomas la lectura cuando algo interrumpe tu modorra no importa por donde lo sostengas pues la lectura sigue ahí.
Ni bien terminé de leerlo empecé a buscar más de esas revistas, mi hermanito en su sabiduría las coleccionaba desde su primer número hasta su edición más reciente. Las leí olvidando el encierro involuntario y sin preocuparme por la hora del almuerzo pues como bien es sabido “No sólo de pan vive el hombre”, gasté lo que quedaba de la solitaria tarde absorto en la lectura . Lo más increíble fue su precio: cinco soles; no comprarla creo, es un delito (para colmo de males su próximo número anuncia nuevo precio: nueve soles, supongo por la inflación cual maldición persigue al compañero Alan García).
Como siempre Huamanga todavía no conoce las ocurrencias de esta revista: la suscripción es una alternativa que bien pudiera aliviar esa dolencia.
Altamente recomendable y excesivamente adictiva, me atrevería a decir que supera con creces a “Somos” que con sus excesos de publicidad atosiga los sentidos. Su sección “Ellos, ellas, nosotros y los otros” definitivamente rompe esquemas. Por supuesto es de publicación mensual. Dale una mirada a su página web http://www.dedomedio.com/
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