Cortesía de mi buen amigo el dr. imagen, quien tuvo la gentileza de facilitarme esa fabulosa novela de Vargas Llosa “Conversación en la catedral” pude por fin conocer al no menos famoso Zavalita. Por supuesto me quité el mal sabor que me supuso “Travesuras de la niña mala”.
Constantemente oía mencionar esa perenne y lapidaria frase que hace tanto nos corroe y nos indigna a todos los peruanos ¿Cuándo se jodió el Perú? Recién ahora desentrañé la historia del inconforme Santiago y pude por fin comprender no sólo por que se jodió el Perú, si no que también, por qué seguimos jodidos.
Ambientada en la dictadura del general Odría, la novela nos presenta personajes variados, que poco a poco van convergiendo, en un continuo intermisión de diálogos e imágenes tan diversas de una época que a más de uno parecerá demasiado familiar (¿acaso no tuvimos un Cayo Bermúdez en el reciente régimen defenestrado?). Un dictador omnipresente sólo por las continuas conversaciones de sus subordinados y la siempre elitista cúpula que trata de obtener el máximo provecho de la situación y si ésta no colabora, la conspiración no genera molestoso rechazo.
Son varios los estratos sociales reflejados en la amena narración, desde la acomodada sociedad miraflorina de la década de los 50’s hasta personajes humildes de las siempre relegadas provincias que buscan un prometedor futuro. Santiago, proveniente de una acomodad situación económica, renuncia voluntariamente a sus posibilidades de estudiar en la Universidad Católica y se decide por la estatal Universidad de San Marcos. Su interior lucha por negar su clase social, lo llevará por situaciones tan diversas, desde principiante militante comunista a redactor de un periódico local. A través de él conoceremos una singularidad de personajes, que como ya mencionamos, nos irán encausando en una historia con un sorprendente final.
Es una novela atemporal, pese a ser publicada en 1969, que refleja lo singular y complejo de la sociedad peruana, ajeno a personajes correctamente morales, mas bien luchando por sobrevivir en una sociedad en la que todo se vale por sobrevivir. El encuentro entre Santiago y Ambrosio, sirve de plataforma para repasar esos militares días, así como poco a poco irá descifrando actitudes que más que una sincera justificación requieren de una paciente comprensión.
“Conversación en la Catedral” es una de las mejores obras de Vargas Llosa, a mi profano entender; pese a situarse en la coyuntura dictatorial peruana, no por ello deja de ser universal. Su voluminosidad (casi 500 hojas) no es impedimento para anhelar continuar con la página siguiente, pues su virtud es generar más que un repentino interés, un adictivo gusto por la lectura.
Constantemente oía mencionar esa perenne y lapidaria frase que hace tanto nos corroe y nos indigna a todos los peruanos ¿Cuándo se jodió el Perú? Recién ahora desentrañé la historia del inconforme Santiago y pude por fin comprender no sólo por que se jodió el Perú, si no que también, por qué seguimos jodidos.
Ambientada en la dictadura del general Odría, la novela nos presenta personajes variados, que poco a poco van convergiendo, en un continuo intermisión de diálogos e imágenes tan diversas de una época que a más de uno parecerá demasiado familiar (¿acaso no tuvimos un Cayo Bermúdez en el reciente régimen defenestrado?). Un dictador omnipresente sólo por las continuas conversaciones de sus subordinados y la siempre elitista cúpula que trata de obtener el máximo provecho de la situación y si ésta no colabora, la conspiración no genera molestoso rechazo.
Son varios los estratos sociales reflejados en la amena narración, desde la acomodada sociedad miraflorina de la década de los 50’s hasta personajes humildes de las siempre relegadas provincias que buscan un prometedor futuro. Santiago, proveniente de una acomodad situación económica, renuncia voluntariamente a sus posibilidades de estudiar en la Universidad Católica y se decide por la estatal Universidad de San Marcos. Su interior lucha por negar su clase social, lo llevará por situaciones tan diversas, desde principiante militante comunista a redactor de un periódico local. A través de él conoceremos una singularidad de personajes, que como ya mencionamos, nos irán encausando en una historia con un sorprendente final.
Es una novela atemporal, pese a ser publicada en 1969, que refleja lo singular y complejo de la sociedad peruana, ajeno a personajes correctamente morales, mas bien luchando por sobrevivir en una sociedad en la que todo se vale por sobrevivir. El encuentro entre Santiago y Ambrosio, sirve de plataforma para repasar esos militares días, así como poco a poco irá descifrando actitudes que más que una sincera justificación requieren de una paciente comprensión.
“Conversación en la Catedral” es una de las mejores obras de Vargas Llosa, a mi profano entender; pese a situarse en la coyuntura dictatorial peruana, no por ello deja de ser universal. Su voluminosidad (casi 500 hojas) no es impedimento para anhelar continuar con la página siguiente, pues su virtud es generar más que un repentino interés, un adictivo gusto por la lectura.
2 comentarios:
se ve interesante....lo leere
yo también quiero leerla, suena interesante.
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